Lo
que antes era marginal, calificado como cutre, asumido por muchos como desviaciones estéticas y sociales derivadas de la falta de formación, estilo y/o cultura, como previsible resultado de la imitación deformadora de modelos estéticos superiores realizada por ninfas de alma poligonera, se ha
convertido hoy en la norma, en el zeitgeist de la sociedad española, baremo y modelos de comportamiento de la enteléquica mujer promedio ibérica.
Ha
ayudado a ello la explosión de los suburbios de las ciudades españolas y el fin
de la dicotomía estricta ámbito urbano
vs. ámbito rural, a más del modélico "porque yo lo valgo" de inspiración centenaria y esencia hispana.
La
relativa novedad es que desde hace ya años las chonis han tomado conciencia de
su identidad como grupo social dominante, y de la identidad han pasado rápidamente al
orgullo identitario, a la constatación interna de que son así y de que está muy
bien que sean así, dejando en un rincón oscuro los complejos y calladas vergüenzas.
Y ya
estamos inmersos en la tercera fase, que no spielbergiana sino antenatresera,
telecinquera, launera y sextera como paso previo al asalto del pret a porter, la constatación
ensayística y el reinado social. Ahora
son las televisiones abiertas las que reproducen una y otra vez el modelo de
programas y series donde "la choni" es protagonista absoluta, contribuyendo
de esta forma a su éxito y a la retroalimentación orgulloidentitaria.
Y pronto
(aunque cueste creerlo), algún vanguardista-diseñador-y-modisto-español desdeñará
el inspirarse en centurias pasadas o en demodés estilos étnicos, y elevará a la
pasarela Cibeles convenientemente reciclada (ah, reciclaje de un estilo
reciclado, genialidad regnum!) elevará como decíamos la estética choni, que entonces podrá incorporarse por derecho
propio a la marca España, a la que ahora no obstante ya acecha.
En
ese momento podremos corroborar tras largas décadas de debate intelectual estéril
que el hecho diferencial español existe, y que sirve para diferenciarnos de
esos aburridos centroeuropeos que sólo piensan en prima de riesgo, déficit y memeces
semejantes.
PS:
Me relamo, me estremezco de placer sólo de pensar en el momento en que nazca
mediante un proceso previsible la diferenciación nacionalista, y surja un nuevo
subespecímen, la choni catalana, o vasca, o galleguiña...